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Historias con Historia

Historias Medievales

¿Hombre o Mujer...? Se admiten apuestas

¿Hombre o Mujer? Se Admiten Apuestas.

 

 


La historia de hoy habla sobre un enigmático personaje que vivió a caballo entre Francia e Inglaterra durante el siglo XVIII. Su nombre completo era Charles Geneviève Louis Auguste André Timothée Déon de Beaumont, aunque se le conocía como Charles d'Eon o simplemente el caballero d'Eon y a pesar de lo relativamente reciente de la historia y que su existencia está perfectamente documentada, es tal el misterio que rodea la vida de este personaje que a fecha de hoy sigue sin tenerse claro si se trataba de un hombre o una mujer.

La vida de este francés pasa prácticamente inadvertida hasta 1757 en la batalla de Praga, donde al mando de un regimiento de dragones franceses se distingue por su gran coraje y valentía siendo él, a pesar de estar herido, quien lleva la noticia a París de la victoria conseguida por el ejercito francés. Hay que aclarar que aquella batalla no fue ninguna tontería y perdieron la vida en ella más de 25.000 hombres.

d'Eon vestido de dragón francés.

Terminada la guerra, Francia y Gran Bretaña recompusieron sus relaciones diplomáticas, y d'Eon —recién condecorado por Luis XV con la Orden Militar de San Luis, una de las más altas medallas al valor de su país— fue enviado a Londres como Primer Secretario de la embajada francesa. Es en esta época cuando sale a relucir una de sus mayores habilidades, vestirse de mujer. De esta guisa, el caballero d'Eon, consiguió realizar no pocas acciones de espionaje para el gobierno Francés ya que aparte de su "buen porte", también supo inflitrarse entre lo más granado de la sociedad inglesa, entablando numerosoa contactos y consiguiendo sobornar a varios altos mandatarios británicos y así ganarlos para la causa francesa.

Todo funcionaba más o menos bien, hasta que otro empleado de embajada francesa, al parecer envidiosos de los éxitos de d'Eon, comienza a hacerle la vida imposible desprestigiándolo ante sus superiores.

Caballera d'Eon.

Charles d'Eon decide entonces abandonar la embajada francesa y asentarse en Londres, no sin antes haber cogido unos importantes documentos donde se explican con pelos y señales los preparativos para una invasión francesa a Inglaterra, además de los nombres y datos de todos los ingleses que están colaborando con ellos y advierte que los dará a conocer si le ocurre algo.

Fueron varios los intentos de los franceses por recuperar papeles tan comprometedores. Se le ofreció grandes cantidades de dinero que rechazó y también se organizaron varias "acciones comando" para acabar con su vida, pero que d'Eon, gracias a su innata habilidad y buenos contactos evitó siempre.

Los franceses parecían resignados con el asunto cuando por Londres "casualmente" comenzó a surgir un rumor que cada vez cogía más fuerza. Se decía que el caballero de d'Eon no era tal, sino que era una mujer que se hacía pasar por hombre.

 

 

El tema fue la comidilla de toda Europa en 1770 y hasta tal punto llegó el debate que comenzaron a cruzarse apuestas sobre el sexo de Charles d'Eon. Arriesgar dinero sobre el tema se convirtió en una moda refinada, y, si bien había quien jugaba un penique o dos, los grandes capitalistas de juego aceptaron apuestas por 120.000 libras... o más. El éxito de la maniobra fue tal que se fundaron enormes compañías "de seguros" cuya única función era aceptar y administrar lo que se llamaban "Pólizas de seguro sobre el sexo de monsieur le chevalier o mademoiselle la chevalière D´Éon".

Mientras tanto, d'Eon negaba rotundamente que él fuera mujer. Apenas se dejaba ver y las veces que se le requería para que mostrara que escondía entre sus piernas se negaba en redondo consiguiendo que todo tipo de ideas peregrinas circularan por Europa.

Después de varios años así, un inglés que tenía apostada una gran cantidad de dinero a favor de que d'Eon era una mujer, decide llevar el asunto ante los tribunales. Durante el juicio la acusación trata de probar la feminidad del acusado llevando a unos testigos (se supone que pagados) que declaran que se trata de una señora.

d'Eon sigue diciendo que es un hombre y negándose a mostrar su sexo. La defensa esgrime que deberían bastar sus heroicos actos de guerra y el hecho de que d'Eon era miembro de la masonería y estos realizan un ritual donde comprueban expresamente el sexo del aspirante. Si hubiera sido mujer, nunca hubiera podido convertirse en masón.

Mademoiselle d'Eon practicando esgrima.

Al final del juicio, el juez, ante la negativa del caballero de mostrarse y la declaración de los testigos, decide sentenciar que d'Eon se trata de una mujer. Al fin, el asunto parece dilucidarse y los que habían apostado por que se trataba de una mujer pudieron hacer caja, especialmente el ciudadano que le llevó a juicio y que se endosó una considerable cantidad de dinero.

Una vez conocida la sentencia, el rey francés Luis XVI que seguía pelín cabreado por el asunto de los documentos robados, ordena que Charles d'Eon debe de vivir como mujer y que de ahora en adelante, debe actuar y vestir como tal en todo momento.

A pesar de que d'Eon se encontraba en Inglaterra, decide acatar la orden de su rey y desde entonces nunca más volvería a ponerse ropa de hombre convirtiéndose en la "Caballera d'Eon". Llegó un acuerdo con el gobierno francés a quien devolvió los documentos a cambio de una cantidad de dinero.

Durante los siguientes ocho años fue, con todos y para todos, mademoiselle D´Eon. Pasó ese tiempo retirada como una solterona noble en sus tierras de Borgoña y practicando uno de sus pasatiempos favoritos, la esgrima, que tuvo que dejar cuando fue gravemente herid@ en un duelo. También redactó en 1789, una carta a la Asamblea Nacional de Francia en la que proponía fundar una división de mujeres combatientes.

El último giro de su vida fue convertirse en monja de clausura. Así vivió, en devota tranquilidad, durante los siguientes 25 años hasta el día de su muerte en 1810.

d?eon como anciana.

Al parecer, mientras preparaban el cuerpo para el solemne funeral, el examen postmortem rindió una revelación sorprendente: ¡Charles D´Éon era en realidad un hombre! Un hombre perfecto, completo, como cualquier hombre normal, común y corriente. Tenía un pene y dos testículos, no estaba castrado, no era hermafrodita, no tenía órgano femenino alguno. Era, en todos los sentidos, un ser humano normal de sexo masculino.

A pesar de todo, esta última afirmación no parece del todo fiable y todavía hoy en día, hay quien duda del verdadero sexo de Charles d'Eon. Aunque lo más probable, es que simplemente se trate del primer transexual que pudo lucir su condición en sociedad. Además pudo hacerlo por orden del rey, lo cual, no me negareis que tiene su merito.

 

 

Visto en el libro:

"El Reverso de la Historia" de Pedro Voltes.

Más:

http://axxon.com.ar/rev/169/c-169divulgacion.htm

La Armada Invencible... Inglesa.

 

Más o menos, todos hemos oído hablar alguna vez de la "Armada Invencible" , uno de los más sonoros fracasos de nuestra historia. Y digo fracaso, que no derrota, porque a pesar de la "leyenda negra" española y de toda la mala prensa que se ha hecho, el desastre de la Armada invencible fue un fiasco nuestro y no una victoria de ellos. La prueba es que en los enfrentamientos que hubo, la suerte acompañó casi siempre a los nuestros y que casi todos los barcos de guerra pudieron volver, más o menos bien, y refugiarse en el puerto de Santander, perdiéndose principalmente los barcos mercantes y de transporte.

Pero lo que los hijos de la Gran Bretaña no cuentan (o lo cuentan bajito) es que, solamente un año después, ellos construyeron otra gran armada a la que llamaron la "Armada Inglesa" o la "Contraarmada" y esa sí sufrió una aplastante derrota sin paliativos.

Esta gran "Armada Inglesa" la comandaban Francis Drake y John Norreys (por eso también se conoció como la "expedición Drake-Norreys") y fue mandada construir por la reina Isabel I para aprovechar la debilidad Española después de lo de la "invencible". La flota la constituían un total de 146 barcos donde iban embarcados, entre marinería e infantería, más de 20.000 hombres.

El plan era acabar con la flota española del Atlántico atacando primero Santander donde sabía se encontraban la mayoría de los maltrechos galeones que se estaban reparando. Después irían a Portugal (en manos españolas por aquel entonces) donde con ayuda de algunos aliados tratarían de hostigar la península desde el interior y por último conquistar las islas Azores para "incordiar" desde allí nuestra "ruta de las Indias" .

El 13 de Abril de 1589 la armada inicia su periplo, pero la cosa empezó mal. Por razones poco claras, Drake pasa de atacar Santander y se dirige directamente a la Coruña. Allí atacan la ciudad ferozmente durante diez días y se produce un hecho que a mí, personalmente, hace que me salga una sonrisa maliciosa y es que vosotros imaginad la escena.

Los Británicos consiguen abrir una brecha en los muros de la ciudad por donde penetran un escuadrón de ingleses con un joven e intrépido alferez al frente. El susodicho lleva una bandera de su regimiento en una mano y en la otra su espada que agita con vehemencia mientras arenga a sus chicos... "¡Attaaack....! ¡By Englaand..! ¡God save the queen!" o lo que griten estos.

El alferez ya se ve con galones de teniente y avanza sin encontrar apenas resistencia pues los defensores andan algo liados batiéndose al otro lado de la ciudad y no se han enterado del descosido que le han hecho. En esto, al doblar una esquina, los ingleses se encuentran cara a cara con María Pita, una gallega en toda regla, de las de armas tomar y a la que acaban de matar al marido que yace en el suelo cerca de ella.

 

María al verlos se pilla un rebote de mil demonios y arremangándose el faldón se dirige hacia ellos... "¿Habéis matado vosotros a mi maridiño? ¡Os vais a enterar!" (esto con acento gallego, que a mi no me sale). El asombrado alférez, viendo lo que se le viene encima, trata de aguantar con toda su flema inglesa... "Madam... I don’t know... ¡Oh, my god...!"

No se sabe que fue lo que utilizó. Unos dicen que el sable de su marido muerto, otros que una lanza que estaba tirada cerca o tal vez el rodillo de cocina, poco importa. El caso es que al alferez lo deja listo de papeles mientras grita, avisando a sus compatriotas, por donde se les están colando.

Los coruñeses acudieron presto a la defensa y los ingleses, después de una frugal resistencia, deciden poner pies en polvorosa siendo "corridos a gorrazos", con María Pita al frente, hasta más allá de las murallas. (NOTA: Pido perdón, especialmente a los coruñeses, por el pequeño pitorreo. Pero es que yo creo que el asunto tuvo que ser más o menos así. ;-) )

Después de esto, Drake decide abandonar y embarca dejando más de 1.500 muertos en tierras coruñesas dirigiéndose a Portugal, la segunda parte del plan.

Llega a Lisboa esperando no encontrar demasiada resistencia pues confía en los aliados que tienen en tierras Lusas. De nuevo se equivoca. Sus aliados resultaron no ser tan fuertes como creía y cuando llega frente al puerto de Lisboa es cañoneado sin piedad.

Perdida la sorpresa inicial y con apenas 2.000 hombres aptos para luchar, el objetivo de conquistar las Azores se torna imposible por lo que Norreys regresa a Inglaterra con la mayoría de la flota mientras Drake se queda pirateando por el Atlántico, a ver si consigue rentabilizar un poco tan desastrosa expedición.

Las consecuencias para la corona Inglesa fueron poco buenas. Además de perder la oportunidad de atacar la flota española en horas bajas, los costes de la expedición agotaron el tesoro real de Isabel, recuperado durante su largo reinado. A la poderosa armada inglesa le costó bastante recuperar su antiguo esplendor. España, en cambio, a pesar de una bancarrota que se dio en 1596, recuperó rápidamente su poderío naval superando incluso al poder naval de antes de la "Armada Invencible". Poderío que duraría hasta Trafalgar, lugar donde sí que recibimos un serio correctivo del que la armada española no volvería a recuperarse.

 

Más:

http://es.wikipedia.org/wiki/Armada_Inglesa

http://es.wikipedia.org/wiki/Mar%C3%ADa_Pita

 

Los Castrati. La voz de los ángeles.

Farinelli. El gran "Castrato"

En la Europa del siglo XVI, la iglesia prohibió que las mujeres cantaran en los coros de las iglesias, pero había un problema. Las misas con coros se habían convertido en un espectáculo de los que disfrutaba todo el pueblo y cantidad de músicos componían piezas para estos eventos. Entonces... ¿Cómo prescindir de los tonos agudos de la voz de las mujeres?

Por ese motivo, en todas las cortes Europeas se impuso la "moda" de los Castrati. (NOTA: Al principio en España se les llamaba "Capón" aunque luego se popularizó el termino de "Castrati")

Los Castrati eran niños varones, que apuntaban maneras en su voz, a los que se castraba, es decir, se le cortaban los testículos. Mediante esta técnica se conseguía que, luego de adultos, mantuvieran una tesitura aguda capaz de interpretar voces características de papeles femeninos. Como el cuerpo del castrato crece (sobre todo en la capacidad pulmonar y la fuerza muscular) pero no su laringe, su voz se desarrolla en un rango, poder y flexibilidad bastante diferente a la voz cantada de una mujer adulta, pero también notablemente diferente de los rangos vocales más altos de un varón adulto no castrado. Tanto gustó el tono peculiar de los Castrati, que rápidamente comenzaron a cantar en teatros e incluso se empezaron a componer óperas adecuadas a sus voces que hoy en día resultan un poco complicadas de interpretar.

Para la operación, al muchacho se le sumergía en una tina de leche caliente con especies, se le sedaba y posteriormente se colocaba cabeza-abajo sobre un tabla (un cutre sistema para evitar grandes hemorragias) donde se realizaba la amputación. (Ver grabado de la época)

No a todos los castrados se les desarrollaba correctamente la voz y la mayoría terminaron en la pobreza y mutilado de por vida, lo que los conducía a pasar por “apestados” durante su existencia y más allá; ya que al no estar “completos” la Iglesia les rechazaba para ser enterrados en tierra sagrada.

Eso sí, los Castrati que conseguían un buen tono de voz eran muy valorados y eran tratados como grandes divos, disfrutando de gran fama y dinero. Además, al contrario de lo que se pudiera pensar en un principio, tenían un enorme éxito entre las mujeres de la corte, ya que además de la admiración que despertaban, los castrati podían realizar el acto sexual sin temor a embarazos, algo enormemente valorado entre las féminas de entonces.

El primer gran divo entre los Castrati fue Baldassare Ferri (1610-1680) pero el más conocido de todos es Carlos Brochi "Farinelli" (1705-1782) del que un cronista de la época escribió:

"Farinelli tenía una voz de soprano penetrante, completa, rica, luminosa y bien modulada, [...] Su entonación era pura, su vibración maravillosa, su control de la respiración extraordinario y su garganta muy ágil, por lo que cantó los intervalos más amplios rápidamente y con la mayor de las facilidades y seguridad."

(NOTA: En 1994 se hizo la película Farinelli Il Castrato. Para poder aproximarse a la posible voz del divo, tuvieron que juntar digitalmente la voz de un varón contra-tenor con una mujer mezzo-soprano. Aunque hay que decir, que biográficamente, la peli no es muy acertada.)

 

Alessandro Moreschi. El último Castrato.

 

Los castrati sobrevivieron casi hasta el siglo XX, pues aunque la castración se prohibió en 1870, el último de ellos murió en 1922. Este último Castrati se llamaba Alessandro Moreschi y de él se conserva una grabación de 1904 interpretando el "Ave María". Es realmente curioso oír su voz. Escucha .

 

Más:

http://es.wikipedia.org/wiki/Castrato

http://enkidu.netfirms.com/art/2005/290405/E_010_290405.htm

http://www.archive.org/details/AlessandroMoreschi

Ibn Falan. El auténtico guerrero N.13

En la película "El guerrero Nº13", basada en el libro "Los devoradores de cadáveres" de Michael Crichton, se nos cuenta la historia de un árabe que por circunstancias se ve envuelto en una peligrosa aventura junto a un grupo de rudos vikingos. En esta aventura, un grupo de 13 guerreros(donde el árabe es el Nº13) , deben de ayudar a un poblado que está siendo atacado por un monstruo, que además se come a la gente. Tal monstruo no es tal, y resulta ser una "tribu" de humanos, primitivos y caníbales, que viven en cuevas. El asunto es... ¿Qué hay de cierto en todo esto?

Bueno, vayamos por partes. Michael Crichton, lo que hizo en su libro, fue juntar tres hechos más o menos históricos y fundirlos en una sola novela. Por un lado están el monstruo y el jefe vikingo, llamado Buliwyf y que están inspirados en el texto épico medieval de Beowulf .

Luego, lo de la tribu de caníbales, Crichton lo basa en la teoría de algunos investigadores que afirman que pequeños grupos de Neanderthales sobrevivieron en el norte y centro de Europa hasta bien entrada la edad media. Se trata de una teoría poco consistente, basada tan solo en viejas leyendas y sin ningún tipo de pruebas materiales.

Y finalmente está el árabe que escribe toda la historia. Este árabe existió de verdad. Se llamaba Ahmed-Ibn-Falan (igual que en la película) y fue un cronista persa enviado, en 921, por el califa de Bagdad con una embajada para el rey de los Bulgaros en el Volga. Naturalmente su viaje no fue tan azaroso y peligroso como el que se nos muestra en la película, aunque un viaje así, en esos tiempos, no era moco de pavo y la prueba es que, al final, no llegó a cumplir la misión de entregar aquella embajada.

Ibn-Falan escribió todo lo que pasó y lo que vio durante aquel largo viaje, que duró varios años y especialmente su estancia con los Vikingos, a los que llamaba "Rus" (Origen del actual nombre de Rusia). Este manuscrito en árabe, "Las crónicas de Ibn-Falan", son la fuente más detallada que se dispone sobre la vida y costumbre de los antiguos Vikingos.

A Ibn, según cuenta, le llamó la atención lo fuertes, altos y bien proporcionados que eran los guerreros vikingos, así como sus descomunales espadas y hachas. También habla sobre su total falta de higiene y los describe como: "Las criaturas más asquerosas que Dios ha creado". Presencia con estupor como, después de mantener relaciones sexuales o de comer, no se lavaban y su único acto de higiene consistía en una palangana con agua que compartían entre todos. Eso para un musulmán, que según el Corán, las aguas que usa alguien para lavarse no las debe tocar nadie más, era poco menos que sacrilegio. Además hay que tener en cuenta que la sociedad árabe de aquella época era una de las más refinadas.

Nos cuenta también, como vivía el rey de los Rus. Habitaba en su palacio con 400 de sus mejores guerreros, cada uno de los cuales tenía dos esclavas, una de ellas le servía la comida y con la otra dormía. Y nos relata como el rey, sin bajarse siquiera del trono, se "aliviaba" con alguna de sus 40 esclavas. "Son como asnos salvajes", explica el persa.

Pero la descripción más detallada e interesante que Ibn-Falan nos ha dejado escrita, es la de un funeral vikingo.

 

Primero hacen un entierro preliminar del cadáver y lo mantienen así durante diez días; mientras tanto, los familiares del difunto preguntan a sus esclavas quien quiere acompañar a su amo al más allá. La esclava que se presenta voluntaria recibe un tratamiento especial; se le regalan todo tipo de adornos, bebe, canta y se entrega a los hombres, mientras las demás preparan la ropa que el muerto llevará más tarde. Estas ropas son muy importantes en el ritual; para hacerlas se han apartado un tercio de los bienes dejados por el difunto; otra parte es para la familia y la restante para comprar la hidromiel que se consumirá durante las ceremonias de esos días, algunas de las cuales llegan a adquirir carácter orgiástico.

Los amigos del muerto llevan su barco a tierra, varándolo sobre unos soportes de madera, y acampan a su alrededor. Entonces entra en escena una anciana de aspecto más bien siniestro a quien llaman "el ángel de la muerte". Esta saca el cadaver del enterramiento provisional y lo viste con la lujosa ropa nueva. Los amigos lo suben al barco y lo acuestan dentro de una tienda de campaña, sobre mantas y cojines. A su lado van depositando comida y bebida, además de sus armas. Fuera del barco, descuartizan su perro y sus dos caballos, así como dos bueyes, un gallo y una gallina, echando los pedazos sobre la cubierta del barco. Mientras tanto, la esclava recorre sucesivamente las tiendas de los amigos del muerto y mantiene relaciones sexuales con ellos, cosa que lo consideran como un homenaje especial al difunto. Ella protagoniza después un pequeño ritual en que es alzada sobre un armazón de madera y, mirando a lo lejos, dice ver a sus padres, a su parientes muertos y por fin contempla a su señor que la llama. La suben al barco y le dan varias veces de beber hidromiel, cuyos efectos le hacen cantar y despedirse de sus seres queridos. La anciana la mete en la tienda y los hombres que permanecen cerca del barco golpean sus escudos con las lanzas, provocando un ruido ensordecedor. Seis de ellos entran también en la tienda y mantienen con la esclava una nueva sesión de sexo antes de que cumpla con su misión; finalmente la vieja le clava un cuchillo mientras dos de los hombres la estrangulan con un cordón.

Restos del barco de Oseberg . Son los restos, mejor conservados, de un entierro vikingo. En él se encontraron los restos de dos mujeres, una anciana y otra joven. Se cree que se trataba de una señora con su esclava, aunque sigue siendo un misterio.


Después, el pariente más próximo del difunto, desnudo y caminando de espaldas, tira una antorcha a la leña amontonada bajo el barco; los demás amplían la hoguera con su propias antorchas. Aproximadamente una hora después, cuando todo ha quedado reducido a cenizas, erigen sobre ellas un montículo y sobre él un poste donde graban con runas el nombre del muerto y el de su rey. El funeral termina con la borrachera general de todos los asistentes y sin ningún tipo de muestras de dolor.

 

La pista de este persa se pierde tras el regreso de su viaje aunque sus escritos, por fortuna, han quedado para la posteridad.

 

Más:

"Devoradores de cadáveres" de Michael Crichton.

http://www.manuelvelasco.com/webs/eldrakkar/libros/devoradores/ibn.htm

¡Vete a la Porra!

 

Sargento Mayor con su porra. Esta podía ser un simple trozo de madera o estar labrada y tener adornos.

Sin duda, el "Vete a la Porra", es una expresión popular y castiza donde las haya. Simple y expresiva, es sobre todo una frase muy socorrida pues a más de uno nos ha sacado de un apuro. Y es que quién no se ha visto en una "encantadora" cena familiar y en medio de una charla con el capullo de tu cuñado, no aguantas más y te sale un "¡¡Vete a... a...... la porra!!", por no soltarle palabras de calibre más grueso, y es que hay niños delante y además la abuela está delicada.

Pero lo curioso, es que esta expresión explícita y contundente pero apta para todos los públicos, tiene su origen en los Tercios de Flandes.

Cuando los tercios, en sus largas marchas, se detenían y levantaban un campamento provisional, lo primero que se plantaba en el lugar elgido, era una larga porra de madera que portaba el sargento mayor. Esa porra se convertía en el "punto de encuentro" del asentamiento y en sus inmediaciones se colocaba la bandera del Tercio y lo que transportaran de valor (si llevaban). También, cerca de la porra, se debían de colocar los soldados que estuvieran arrestados. Es decir, cuando el Sargento te decía; !Vete a la porra!, ya sabías que estabas listo, que estabas arrestado y que te iba caer encima un marrón del copón.

La expresión se popularizó entre los soldados para "mandar a paseo" al que te incordiara y el tiempo ha querido que, esta hoy "casta" frase, perdure hasta nuestros días.

Nota: Hay más expresiones que hemos heredado de los Tercios de Flandes. Por ejemplo: "Se armó la de San Quintín", peliaguda batalla que Felipe II ganó a los Franceses. También "Poner una pica en Flandes" como sinónimo de lograr algo tras mucha dificultad.

Bartholomew Roberts. El pirata abstemio.


Retrato original de Bartholomew Roberts.

A pesar de que su nombre no nos suene tanto como el de Barbaroja, Barbanegra o Drake, Bartholomew Roberts es el pirata más exitoso de la historia con un total de 456 capturas en su haber y en tan sólo cuatro años(1718-1722). Muy lejos, por ejemplo, de las 30 deBarbanegra. (NOTA: Llegó a capturar 22 barcos de una sola vez. Era tal el temor que imponía, que ante la visión de la bandera de Roberts , las tripulaciones dejaron los barcos abandonándolos en el puerto y dejándolos a merced del pirata)

Bart Roberts fue un pirata bastante peculiar en todos los sentidos. No comenzó su "carrera" de pirata hasta los 37 años, cuando el barco en el que navegaba fue apresado por el capitán Howell Davis. Davis se fijó en él por su gran habilidad como navegante y lo convirtió en su protegido. Tan solo seis meses después de su captura, Davis muere y Bartholomew es elegido capitán. El suceso de su elección es extraño y está poco claro, entre otras razones porque a Bartholomew Roberts... ¡No le gustaba estar en cubierta!. A partir de su atípico nombramiento y durante sólo cuatro años Barts Roberts se convirtió en el azote del Caribe, Brasil y la costa Este de África dirigiendo su tripulación en batallas que constantemente le superaban en hombres y armas y de las que salía victorioso usando la sorpresa y velocidad en sus ataques, lo que incrementaba su reputación con cada captura.

 

Roberts y sus barcos después de una captura.

 

Pero fue un pirata diferente en más aspectos. Era un hombre alto de pelo oscuro a quien le gustaba vestir ropas caras y lucir costosas joyas. Acostumbraba a tratar con gran respeto y amabilidad a sus conocidos y siempre mantenía una higiene personal impecable. Detestaba la crueldad innecesaria y la ebriedad ¡Él era completamente abstemio!. Era culto, tenía una bella caligrafía y le gustaba la música hasta el punto que siempre llevaba músicos en el barco. También era profundamente religioso, no permitía la profanación y todos los Domingos celebraba misa a bordo. A pesar de todas estas lindezas, con sus enemigos no tenía compasión alguna, como con el gobernador de Martinica a quién capturó en su palacio y ahorcó del mástil de su barco por decretar una orden de captura contra él.

Otra muestra de lo original de este personaje son las dos banderas que acostumbraba a lucir en sus correrías.

 

Barts Robert brindando con la muerte.
Roberts encima de dos calaveras. (Actualización. Gracias Evilpreacher) Las letras significan "A Barbados Head" y "A Martinique Head"; no tragaba a esas colonias por las malas experiencias que había tenido allí.

Su influencia en el mundo de la piratería fue tan grande que entre los distintos códigos piratas que existieron, el código de Bart Roberts fue uno de ellos. Constaba de 11 artículos.

I. Todo hombre tiene voto en los asuntos del momento, tiene igual derecho a provisiones frescas o licores fuertes en cualquier instante tras su confiscación y pueden hacer uso de ellos a placer, excepto que la escasez haga necesario, por el bien de todos, su racionamiento.

II. Todo hombre será llamado equitativamente por turnos, según la lista, al reparto del botín (sobre y por encima su propia participación), se le permitirá cambiarse de ropa para la ocasión pero, si alguno defrauda a la compañía por valor de un dólar de plata, joyas o dinero, será abandonado a su suerte en el mar como castigo. Si el robo fuese entre miembros de la tripulación, esta se contentará con cortar las orejas y la nariz al culpable y lo desembarcará en tierra, no en lugar deshabitado pero si en algún sitio donde se de por sentado que encontrará adversidades.

III. Nadie jugará a las cartas o dados por dinero.

IV. Las luces y velas se apagarán a las 8 de la noche; si después de esa hora algún miembro de la tripulación se inclina a seguir bebiendo, puede hacerlo sobre cubierta.

V. Mantener sus armas, pistolas y sables limpios y listos para el servicio.

VI. No se permiten niños ni mujeres. Si cualquier hombre fuera encontrado seduciendo a cualquiera del sexo opuesto, y la llevase al mar, disfrazada, sufrirá la muerte.

VII. En batalla la deserción del barco o sus camarotes será castigada con la muerte o al abandono a su suerte en el mar.

VIII. No se permiten las peleas a bordo pero las disputas de cualquier hombre se resolverán en tierra, a espada y pistolas.

IX. Ningún hombre hablará de dejar su modo de vida hasta que haya aportado 1000 libras. Si para conseguirlo, perdiera una extremidad o quedara impedido para el servicio, se le darán 800 dólares extraídos del inventario común y por heridas menores, en proporción a su gravedad.

X. El capitán y su segundo recibirán dos partes del botín; el maestre, contramaestre y cañonero una parte y media y el resto de los oficiales una parte y un cuarto.

XI. Los músicos tendrán descanso el Sábado pero los otros 6 días y noches, ninguno a no ser por concesión extraordinaria.

Se ganó la fama de un justo y buen capitán y la lealtad que le profesaron sus hombres fue inquebrantable, algo no demasiado frecuente en el oficio. También cuentan que, aunque Roberts era abstemio, su tripulación se lanzaba a los combates completamente ebrios.

 

La tripulación de Roberts "preparándose" para el combate. (Ilustración original)

Bart Roberts murió en combate naval por un disparo que le alcanzó en el cuello. Su cuerpo, según quedó dicho, fue arrojado al mar por sus hombres antes de que lo capturaran. 52miembros de su tripulación fueron ahorcados después de la lucha.

 

Más:

http://es.wikipedia.org/wiki/Bartholomew_Roberts

http://es.wikipedia.org/wiki/Categor%C3%ADa:Piratas

http://en.wikipedia.org/wiki/Bartholomew_Roberts

Intento de regicidio y sentencia ejemplar.

En la historia de este país, son contadas las ocasiones en los que ha habido intentos de asesinato contra un Rey. Reyes asesinados los ha habido, claro que sí, pero en la mayoría de los casos eran asuntos "domésticos" que se arreglaban de puertas para dentro y entre los más allegados. Una pocimita por aquí, un "accidente" de caza por el otro lado y el molesto problema de la sucesión estaba resuelto. Otra cosa muy distinta era imaginar que alguien del pueblo llano pensara siquiera en atentar contra un Rey. En épocas pasadas, primero era Dios y después el Rey y si a la gente no le disuadía el castigo terrenal, sin duda, pensar en el posible castigo divino desanimaba al más pintado.

Aún así hubo una excepción en el S.XV y un humilde payés quiso acabar con la vida, ni más ni menos, que del Rey Fernando El Católico.

Era el 7 de Diciembre de 1492 y el Rey Fernando, en Barcelona, salía de la capilla de Santa Agueda descendiendo por la escalinata que conduce a la actual Plaza del Rey. Por los alrededores se amontonaban gran cantidad de personas. Uno de los muchos que allí estaban era Juan Canyamás (o Joan Cañamares), vecino de La Roca del Vallès. Este payés se le acercó con intención de saludarle y sin mediar palabra alguna sacó una espada y envió un mandoble al cuello del Rey que por muy poco no lo degolla. El sangrante Rey es atendido allí mismo y aunque la herida es seria su vida no corre peligro.

 

Curiosa ilustración de la época donde se narra lo ocurrido.(Nótese la herida en el cuello del Rey)

No se puede decir lo mismo de la vida de Juan Canyamás quien es apresado en aquel mismo instante. El juicio es rápido y el castigo será proporcional a la magnitud del crimen cometido, además, hay que dar un duro escarmiento para que la gente se entere de lo que le puede pasar si se atenta contra un Rey.

Juan Canyamás es atado desnudo a un palo sobre un castillo de madera que transportan en una carreta. Según lo van paseando por distintas calles de la ciudad le van cortando distintos miembros. Primero un puño, luego medio brazo, en la siguiente calle le sacan un ojo, los testículos... así hasta extraerle el cerebro y siempre teniendo cuidado de ir cortando para que el reo no muriera hasta el final del suplicio.

Cuando el cadáver no era más que un despojo sanguinolento, la carreta fue sacada de la ciudad y después de lapidarlo prendieron fuego al castillo de madera hasta que todo quedó reducido a cenizas.

No se sabe a ciencia cierta los motivos de aquel ataque. La versión oficial dice que fue un ataque de locura, pero lo más probable es que fuera algún payés descontento por las siempre injustas medidas que la nobleza imponía al pueblo llano.

 

Historia sacada del libro:

"Anécdotas de Historia" de Concepción Compte.

Las Encamisadas. Acciones Comando

 

 

 

Las Encamisadas eran incursiones, por lo general nocturnas, donde un grupo reducido de soldados(no más de 50) y con armamento ligero (pistolas y daga o espada) realizaban sabotajes y ataques rápidos a los campamentos enemigos al más puro estilo comando. Su principal objetivo era degollar lo más y mejor posible e inutilizar el armamento del enemigo (mataban a los caballos, inutilizaban los cañones, volaban los polvorines...)

Se llamaban encamisadas, porque sus componentes se ponían sus camisas blancas por encima del resto de la ropa para que así se les distinguiera mejor en la oscuridad. Pero muchísimo mejor que yo, lo explica maravillosamente Don Arturo Perez Reverte en su libro "El Sol de Breda" de su saga Alatriste...

"... y todos llevaban las camisas puestas por fuera, sobre jubones y coletos, para reconocerse unos a otros en la oscuridad. Era éste uso corriente entre las tropas españolas, y de ahí proviene el nombre de encamisadas que dábase a tales acciones nocturnas. Se trataba de aprovechar la natural agresividad y la destreza de nuestra gente en combate cuerpo a cuerpo para, infiltrándose en campo hereje, dar a rebato sobre el enemigo, matar cuanto fuera posible, incendiar sus barracas y tiendas sólo en el momento de la retirada para no hacer luz, y luego largarse a toda prisa."

 

 

Hubo numerosas encamisadas y algunas de ellas fueron muy sonadas como la de Amiens, la del dique de Sevenberge o la encamisada de Mons .

"De todas ellas, que menudearon en Flandes(encamisadas), fue famosa la de Mons: quinientos tudescos a sueldo de los orangistas muertos, y su campamento hecho cenizas."

NOTA: En esta acción estuvo a punto de morir Guillermo de Orange, el jefe de los rebeldes flamencos, al que salvaron los ladridos de Kuntze, su perra blanca de raza española que dormía a su lado. Se dijo, que a partir de entonces, durmió siempre con el animal.

Los integrantes de las encamisadas eran siempre los soldados que mostraban más valor y arrojo.

"Como se trataba siempre de tropas escogidas, participar en una encamisada se consideraba de mucha honra entre españoles, y a menudo pugnaban unos con otros por ser de la partida, teniendo a muy agria ofensa verse fuera de ella. "

Tanto es así que según nos cuenta Don Arturo, en una ocasión ocurrió esto...

"... aquella otra en la que sólo medio centenar fue elegido para dar un golpe de mano nocturno, y a la hora de la partida llegaron de todas partes soldados espontáneos que pretendían incluirse en ella, por su cuenta; y al cabo, cuando se empezó a caminar, en vez del silencio acostumbrado todo era algarabía y discusiones en mitad de la noche, que más parecía razzia moruna que encamisada de españoles, con tres centenares de hombres apresurándose por el camino para llegar antes que los otros, y el enemigo despertándose sorprendido para ver venírsele encima una nube de energúmenos enloquecidos, vociferantes y en camisa, que lo mismo acuchillaban sin cuartel que se increpaban entre ellos, compitiendo por quién degollaba más y mejor."

En esto no hemos cambiado, vayamos donde vayamos, siempre se nos tiene que notar somos españoles.

 

Más:

"El Sol de Breda" - Don Arturo Perez Reverte. o cualquier título de la saga Alatriste.